1. Organización de las ideas
Nos estamos refiriendo a la estructura del texto.
No
debemos confundir la estructura externa (en párrafos, estrofas, escenas...) con
la estructura interna, que se refiere a la disposición de las
ideas en el texto. Analizar la estructura interna es establecer las
partes que lo componen y la relación que se establece entre ellas.
Primero es conveniente indicar el tipo de texto al que nos enfrentamos (narrativo, descriptivo, expositivo, argumentativo, etc.) y su estructura externa, y a continuación explicaremos la estructura interna, es decir, la organización de las ideas.
Primero es conveniente indicar el tipo de texto al que nos enfrentamos (narrativo, descriptivo, expositivo, argumentativo, etc.) y su estructura externa, y a continuación explicaremos la estructura interna, es decir, la organización de las ideas.
En los textos narrativos, la estructura más frecuente es la de planteamiento, nudo y desenlace.
En
los textos argumentativos, se suelen distinguir las
siguientes partes: introducción (presentación
del tema sobre el que se va a argumentar y la tesis que defiende el
autor); cuerpo argumentativo, donde se aportan las razones que
sostienen la tesis; conclusión, donde se recapitulan los argumentos
principales. Los argumentos pueden ser de distintas clases: de
autoridad, de progreso, de tradición, de utilidad, estético, hechos probados, experiencia personal, etc.
En los textos expositivos, la estructura suele ser la siguiente: introducción, desarrollo y conclusión.
En los textos expositivos, la estructura suele ser la siguiente: introducción, desarrollo y conclusión.
Tipos de estructuras
principales en los textos
expositivos y argumentativos:
-
Estructura inductiva-sintetizante. La tesis o idea principal aparece al final. Se parte de datos, argumentos, explicaciones, demostraciones o matizaciones para concluir finalmente con la tesis o idea esencial.
-
Estructura deductiva-analizante. Se enuncia primero la idea principal o tesis y luego se desarrollan los datos o argumentos que han de servir para aprobarla.
-
Estructura circular o encuadrada. Se presenta primero la idea general, después se tratan casos particulares o se exponen argumentos y finalmente se retoma la idea principal en la conclusión.
- Estructura paralela: Se presentan varias ideas sucesivas que asocian su contenido sin subordinarse las unas a las otras.
- Cronológica: Se exponen los hechos siguiendo el orden temporal de los acontecimientos.
- Interrogativa: El texto se construye a partir de una o varias preguntas que el autor se plantea y a las que trata de dar respuesta convenientemente razonada.
MUY
IMPORTANTE:
-
Hay que indicar qué líneas o versos abarca cada parte.
-
Hay que justificar el porqué de la división, aludiendo brevemente
al contenido de cada parte. Debemos explicar la relación que existe entre las ideas que aparecen en el texto, distinguiendo entre idea principal e ideas secundarias.
- Podemos apoyarnos en un análisis de los elementos de la cohesión y la coherencia, para hallar las relaciones entre las ideas (solo los mencionaremos si nos conviene para reflejar la relación entre las ideas, pero no de manera sistemática y exhaustiva, porque no es eso lo que se busca).
- Podemos apoyarnos en un análisis de los elementos de la cohesión y la coherencia, para hallar las relaciones entre las ideas (solo los mencionaremos si nos conviene para reflejar la relación entre las ideas, pero no de manera sistemática y exhaustiva, porque no es eso lo que se busca).
2.
Tema.
El
tema es la idea principal que sintetiza la intención del autor. Se
trata de responder a las preguntas: ¿de qué trata el texto?, ¿con
qué intención lo aborda el autor?
MUY IMPORTANTE:
-
No debemos limitarnos a mencionar el asunto general (el amor, la muerte).
-
Si es posible, debemos formular el tema comenzando con un sustantivo abstracto seguido con un complemento (Lamento por la muerte de un ser querido).
-
No hay que confundir el tema con el título. Por ejemplo, en el caso de un texto periodístico con el título El ruido mata el tema podría ser "efectos perjudiciales de la contaminación acústica".
3.
Resumen del texto.
El
resumen es la síntesis del contenido. Responde a la pregunta: ¿qué
dice el texto?, sin especificar con qué intención lo dice. Debe ser
breve (un solo párrafo), completo (debe recoger los hechos
principales) y objetivo (sin interpretaciones o valoraciones
personales).
MUY
IMPORTANTE:
-
Hay que eliminar aquello que sea secundario (ejemplos, anécdotas...).
-
Debe ser breve, pero no telegráfico. Tiene que estar correctamente redactado, no en forma de esquema.
-
No iniciar el resumen con frases del tipo “En el texto se narra…”, “El autor dice que…”, sino entrando directamente en el contenido “Un joven está cuidando de su rebaño cuando…”
-
No debemos copiar fragmentos del texto original, sino escribir con palabras propias.
-
Debe estar redactado en tercera persona, aunque el texto esté en primera persona.
-
En un resumen no puede aparecer el estilo directo.
- Debemos utilizar un léxico variado y preciso y evitar las repeticiones (utilizar pronombres y sinónimos).
4.
Comentario crítico
Es
aquel en el que tendremos que interpretar el sentido del texto, la
intención del autor, y confrontar las ideas que expone con las
nuestras.
El
comentario crítico presenta el siguiente esquema o guion:
Introducción
(un solo párrafo o dos como mucho)
-
Localización. Si es un texto literario, mencionar el autor y su generación. Si es un texto periodístico, aludir al diario en el que aparece y comentar alguna cuestión sobre el autor (si es colaborador habitual, cuál es su estilo...)
-
Mencionar el carácter completo o fragmentario, la tipología textual (periodístico o literario) y la forma discursiva que presenta (descripción, narración, diálogo, exposición, argumentación).
-
Aludir brevemente al contenido general y a la intención del autor.
Desarrollo (varios párrafos)
-
Valoración del tema teniendo en cuenta su originalidad, su interés, su actualidad, su universalidad, si es o no un tópico...
-
Valorar su estructura (claridad, originalidad, eficacia).
-
Interpretación del contenido
-
En los textos expositivo-argumentativos, interpretar las ideas del autor y valorar la claridad en la exposición, la cantidad y calidad de los argumentos (si son convincentes o no, si son suficientes o no, si son válidos, demagógicos, pueriles, etc.)
-
En los textos narrativos, interpretar los elementos de la narración (personajes, espacio, tiempo, narrador) y valorar su significado y su función.
-
En los textos líricos, interpretar las ideas, las metáforas… y valorar su significado.
-
En los textos dramáticos, interpretar los elementos del texto dramático (diálogo, acotaciones, personajes, espacio, tiempo) y valorar su significado y su función.
-
Interpretación y valoración de otros aspectos como el tono (irónico o paródico, serio, vehemente), el registro (formal o coloquial), el estilo (sencillo o adornado).
-
Opinión personal sobre los temas tratados
-
Si el texto es expositivo-argumentativo, señalar si estamos de acuerdo con las ideas del autor, si estamos de acuerdo con sus argumentos, si podemos aportar alguno nuevo para reforzar la tesis. Si no estamos de acuerdo, por qué no compartimos la tesis del autor, cuál es nuestra opinión personal sobre el asunto, qué argumentos podemos dar para defenderla, si conocemos otras opiniones u otras obras que traten el mismo tema.
-
Si el texto es literario, qué podemos decir nosotros sobre el tema, qué interés nos merece el mismo, si compartimos las ideas del texto o solo algunas, si podemos relacionar el texto con otras obras que traten el mismo tema.
-
Conclusión (un párrafo), donde recapitulamos lo más importante de lo expuesto, con alguna valoración personal de carácter general (por ejemplo, decimos si el texto es representativo del autor o de su época, en el caso de un texto literario).
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