NOVECENTISMO, VANGUARDISMO Y GENERACIÓN DEL 27

            Entre 1914 y 1936 se suceden tres corrientes que se superponen y coinciden en muchos aspectos: Novecentismo, Vanguardismo y Generación del 27.

         EL NOVECENTISMO

            Este movimiento literario (llamado también Generación del 14) comienza hacia los primeros años del siglo XX y alcanza su madurez hacia 1914. Con los movimientos de vanguardia convive en 1920, y termina decayendo hacia 1930, con la politización de la literatura.

            En cuanto a su ideología, los novecentistas reaccionan contra posturas decimonónicas, ya que se consideran antirrománticos y racionalistas. Prefieren lo moderno y lo urbano (frente a lo rural), y se declaran abiertamente europeístas (defienden la modernización de España y su apertura a Europa, frente al tradicionalismo de algunos autores del 98). Mantienen la preocupación por el tema de España, pero sin patetismo. Son elitistas y defienden la revolución desde el poder (el Estado en manos de una minoría culta, bien preparada).

            El punto de partida de su estética es la reacción contra lo decimonónico, lo que implica un fuerte antirromanticismo y el rechazo de un realismo trivial. Esto da lugar a las siguientes características:
        Huyen del sentimentalismo.
        Huyen del tono apasionado, vehemente.
        Distanciación, equilibrio, “pulcritud”.
        Literatura para minorías (porque es conceptual, difícil, “fría”).

            En resumen, estos autores defienden un “arte puro” (separado de lo social y de lo político).

            El estilo de la Generación del 14 se caracteriza por la preocupación por el lenguaje. En esta etapa va a ser muy importante la prosa poética (por ejemplo, Platero y yo, de 1914). Buscan de forma incesante la perfección formal, la obra bien hecha.

            Principales autores:

            En el terreno del ensayo destacan Eugenio d'Ors (1882-1954), Gregorio Marañón (1887-1960), Manuel Azaña (1880-1940) y, sobre todo, José Ortega y Gasset (1883-1955), autor de “La deshumanización del arte” (1925), obra en la que analiza el vanguardismo desde el punto de vista novecentista: arte puro, deshumanizado, intelectual, antirromántico, para minorías.

            En el ámbito de la novela, destacan Benjamín Jarnés (1888-1949), Wenceslao Fernández Flórez (1885-1964), Gabriel Miró (1879-1930) y Ramón Pérez de Ayala (1880-1962).

            En la lírica hemos de citar a Ramón Gómez de la Serna (1888 – 1963), muy conocido por sus “greguerías” (especie de metáforas humorísticas o insólitas) y, sobre todo, a Juan Ramón Jiménez (1881-1958). (Ver presentación en este blog.)


            LAS VANGUARDIAS

            Desde 1915, un nuevo espíritu sacude Europa. Surgen una serie de movimientos artísticos que se replantean el arte, los llamados “ismos” o movimientos de vanguardia:

- El FUTURISMO, iniciado por el italiano Marinetti, pretende cantar el progreso, la modernidad, e invita a no reverenciar el pasado. En España no llegó a surgir un auténtico Futurismo, pero sí se manifestó su influencia en el afán innovador, en ciertas actitudes provocadoras y en la presencia de motivos característicos de la vida urbana (ascensores, teléfonos, autobuses...).
- El CUBISMO (nacido en 1907 con “Les demoiselles d'Avignon” de Picasso) rompe la perspectiva única e intenta ofrecer una visión más completa de la realidad simultaneando varios puntos de vista. La figura más importante del cubismo literario es el francés Apollinaire.
- El EXPRESIONISMO surge en Alemania y proclama su actitud anticonvencional; los pintores llegan a prescindir de los modelos y mediante los colores intentan expresar estados subjetivos, generalmente atormentados (la obra se valora en sí, y no como espejo de la realidad). También el expresionismo intenta una renovación del teatro: autonomía de cada escena, que se representa como un bloque unitario; introducción de personajes melancólicos y raros.
- El CREACIONISMO, cuya figura clave es el chileno Vicente Huidobro, aboga por la poesía como creación, no como imitación (“Hacer un poema como la naturaleza crea un árbol”). Se evitan los nexos para reducir el poema a una sucesión de imágenes, absolutamente subjetivas, incongruentes en sí mismas e incongruentes entre sí. En España el creacionista más importante es Gerardo Diego.
- El DADAÍSMO (o DADÁ) parte de una actitud irreverente ante el arte, no un arte en particular, sino todo el arte, incluido el vanguardista. La guerra del 14 fue una fortísima convulsión, y ante sus atrocidades el culto al arte resultaba ridículo y frívolo. Los dadaístas postulan un retorno a la naturaleza, a la inocencia, a la sencillez primitiva del salvaje o del niño. Este movimiento tuvo como aportación principal el replanteamiento de la actividad artística, que preparará el terreno al surrealismo.
- El ULTRAÍSMO es la versión española de las corrientes vanguardistas europeas. Nació hacia 1920 y afectó exclusivamente al campo de la poesía. Considera que la metáfora es el fundamento de la poesía, y que la metáfora no debe someterse a la realidad, sino crearla. En realidad, el ultraísmo es un movimiento que pretende renovar por encima de todo, y que acoge elementos creacionistas, futuristas, dadaístas... Es una síntesis de las escuelas de vanguardia. Tuvo una vida corta y apenas dejó obras de valor, pero sin él no se puede explicar la poesía posterior: culto a la metáfora, tendencia a la desrealización, concepto lúdico del arte...
- El SURREALISMO es el movimiento de vanguardia más importante a nivel mundial, tanto por su influencia como por su duración. También es el más importante en España. “Surrealismo” es la traducción del francés “surréalisme” (sobrerrealismo, superrealismo). Parte de la oposición al realismo y la razón, que desembocan en una pérdida de la imaginación y de la libertad. Uno de los primeros surrealistas, el francés André Bréton, había psicoanalizado a soldados trastornados por la guerra, por lo que era conocedor de las teorías de Freud sobre el subconsciente. Bréton exalta el sueño como algo continuado y congruente, aunque se recuerde fragmentariamente. En cambio, la realidad de la vigilia no es continua, porque se interrumpe mientras soñamos. Identifica lo soñado, lo maravilloso, con la belleza (frente al mundo de la razón, del realismo). De ahí que los surrealistas postulen la escritura automática (aunque lo cierto es que el hecho de escribir supone un acto consciente). En España el surrealismo tiene una gran influencia (sobre todo entre 1929 y 1936). No se acepta el principio de la escritura automática; se utilizan imágenes arbitrarias, pero se cuida la coherencia connotativa del poema.

            LA GENERACIÓN DEL 27

            Hacia 1920 se produce la irrupción en el panorama literario español de un grupo de jóvenes poetas con planteamientos nuevos y comunes. Este grupo, por encima de algunas diferencias, muestra una trabazón bastante considerable:
- todos proceden de la burguesía liberal.
- todos cursan estudios universitarios, salvo Alberti.
- todos tienen una cultura literaria considerable.
- sentido cosmopolita muy profundo, rehuyen el localismo (casi todos viajan por el extranjero).
- relación personal estrecha.
- poética común en sus grandes líneas.

            Los dos últimos factores serán muy decisivos. La relación personal se funda en la colaboración en las mismas revistas (Revista de Occidente, Gaceta Literaria, Litoral, Mediodía, Gallo, Verso y Prosa...) y en el contacto con la Residencia de Estudiantes (algunos vivieron allí; otros mantuvieron una estrecha relación con dicha institución).

            En cuanto a la poética de la generación, hay que decir que la base de su estética estriba en que el valor de un poema no reside en su contenido, sino en su expresión (en el sentido de adecuación entre la forma y el contenido). La calidad de la expresión quedará más patente cuando no haya unos contenidos de interés humano, una historia, unos sentimientos, etc. Esto desemboca en la “deshumanización del arte”. Así, estos poetas deslindan la poesía de la vida, manteniendo una actitud típicamente antirromántica. El poeta no siente interés por aparecer en sus versos, dejando su lugar al mundo exterior (aunque ese mundo aparece desrealizado, con tratamiento metafórico). La creación poética será un puro ejercicio de la inteligencia, un puro juego (por eso esta poesía será minoritaria e impopular).

            Si la calidad del poema depende de la expresión, ésta va a depender fundamentalmente de las imágenes, que tendrán una gran importancia para los poetas del 27: imaginería tradicional (en la tradición barroca), imaginería simbolista (símbolos), imaginería surrealista (imágenes oníricas).

            ¿Por qué generación del 27? En 1927 se celebra el tercer centenario de la muerte de Góngora (poeta barroco a quien todos admiran, y con cuya poética se sienten identificados), y ese año es el momento de contacto más estrecho. A partir de esta fecha, se van aflojando los vínculos personales, porque las situaciones ideológicas y estéticas empiezan a diferir progresivamente. Entre las diferencias literarias hay que destacar:
- la disputa entre pureza y compromiso, a partir del 29.
- el problema de la aceptación o no del surrealismo.

            A pesar de sus propósitos innovadores, estos poetas no rompen con la tradición. Sienten gran admiración y respeto por la tradición poética: cancionero popular, Gil Vicente, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Lope de Vega, Quevedo, Góngora, Bécquer, Rubén Darío, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez... Así, se puede hablar de una actitud de síntesis entre tradición y renovación, lo que explica la coexistencia de técnicas metafóricas tan diversas, de la métrica tradicional y el versolibrismo, etc.

            La actitud ecléctica se observa también en las grandes tendencias que marcan la poesía española desde 1918 hasta 1936: poesía pura y vanguardias (con vocación de futuro) y popularismo y neogongorismo (arraigadas en la tradición).

            Hacia el año 1928 irrumpe el surrealismo en España, y con su planteamiento automatista hace que la vida empape la poesía. También contribuye a la rehumanización la situación socio-política, tanto nacional como internacional.

            Se pueden distinguir dos etapas en la evolución de la generación del 27:  
     
1ª) desde 1918 hasta 1929, 1930: deshumanización.
2ª) desde 1929, 1930 hasta 1936: rehumanización.
   
            A partir de 1936 no podemos hablar de la generación del 27 como tal, sino de cada poeta en particular.

            Los poetas que componen la generación del 27 son:

- Pedro Salinas (es muy importante su poesía amorosa).
- Jorge Guillén (sigue la tendencia de la poesía pura).
- Gerardo Diego (vanguardista y clásico a un tiempo).
- Rafael Alberti ( neopopularismo, neogongorismo, surrealismo).
- Federico García Lorca (neopopularismo, surrealismo).
- Vicente Aleixandre (quizá el máximo representante del surrealismo).
- Luis Cernuda (surrealista).
- Dámaso Alonso (alcanza su madurez poética en los años 40).
- Emilio Prados
- Manuel Altolaguirre.

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